
“Píntame angelitos negros”
Érase un muchacho pueblerino, nacido en un rancho de 30 almas en los Altos de Jalisco, a quien el cielo dio el don de una exquisita
Érase un muchacho pueblerino, nacido en un rancho de 30 almas en los Altos de Jalisco, a quien el cielo dio el don de una exquisita
La lectura y los lectores son temas frecuentes en esta columna. Esto es lógico pues soy un escribidor que adquirió precozmente un vicio
Durante los últimos veinte años de su vida, Winston Churchill fue aclamado como el más grande inglés de su tiempo. A su muerte, el 24
El 7 de mayo de 1932, el joven periodista campechano Héctor Pérez Martínez, autor de la columna “Escaparate” de El Nacional, reprochó
El pasado 15 de mayo se cumplieron siete años de la partida del gran Carlos Fuentes y yo reviví un episodio luminoso de cuando hace
En una noche de bohemia en un café de la ciudad de México con su amigo René Tirado, Jorge Cuesta escribió en una servilleta: “Porque me
Hace algún tiempo dediqué un texto a la memoria de Louis Fischer pues un libro que estoy escribiendo me llevó a la relectura de La vida
Cuentan que a Riszard Kapuscinsky sólo lo pudieron separar de su máquina de escribir cuando lo llevaron al quirófano, y que despertó
Publico la columna “Juego de ojos” semana a semana desde 1997. Tomé prestado el nombre al gran Elías Canetti, premio Nobel de literatura 1991. Este búlgaro sefardita, uno de los pensadores renacentistas de nuestro tiempo, fue, para mi, la encarnación del “deber moral de ser inteligente” del que nos hablaron John Erskine y Lionel Trilling.
“Juego de ojos” es una mirada sin compromisos a la vida desde mi propio observatorio.
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